Autor: Javier R. Sánchez Martín
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 7 de Julio de 2006.
Tomás Rodríguez Rodríguez nació un 17 de diciembre de 1907 en esta pequeña y bella ciudad del sur de Salamanca- ya casi extremeña- llamada Béjar. De hondas raíces bejaranas, pues era hijo de Mateo Rodríguez Gómez, prestigioso fabricante textil (ver Béjar en Madrid número especial de diciembre de 2004), y de Justa Rodríguez Olleros. Mateo y Justa tuvieron 4 hijos: Ana, Tomás, María y Mateo Rodríguez Rodríguez.
Estudió la carrera de arquitecto en ese castizo y desenfadado, pero también muy politizado y convulsionado, Madrid de finales de los años veinte y principios de los treinta, sobre el que ya comenzaba a soplar la brisa que más tarde se transformaría en el huracán del trágico enfrentamiento que se avecinaba. Terminó la carrera en 1933, obteniendo después el grado de doctor arquitecto.
Hotel Colón.
Poco después fue nombrado Arquitecto Escolar de la provincia de Badajoz, dependiendo del Ministerio de Instrucción Pública, comandado en aquélla época por ese inolvidable personaje salmantino que fue Filiberto Villalobos, D. Fili, como se le llamaba cariñosamente. Por aquella época vivía a caballo entre Madrid y Badajoz.
La Guerra Civil le coge en Madrid, donde reside con su hermano Mateo en la calle Gran Vía, mientras que el resto de la familia permanecía en Béjar. Como es bien conocido, ambas ciudades estaban en distinta “zona”, por lo que la comunicación entre familiares de una y otra era muy difícil. La familia cree que la falta de noticias de los dos hermanos en un país en cruenta guerra civil precipitó la muerte de su padre, que falleció el 21 de septiembre de 1936. Tomás y Mateo no conocerían la triste noticia hasta enero de 1937, por medio de un prisionero de guerra bejarano al que conocieron en Madrid.